domingo, 17 de noviembre de 2013

El cielo esta aqui


El cielo está aquí, sólo tienes que saber cómo vivirlo.  Y el infierno también está aquí, y ya tú sabes perfectamente bien cómo vivirlo.  Es sólo un asunto de cambiar tu perspectiva, tu encuentro hacia la vida.
La tierra es hermosa si tú comienzas a vivir su belleza, disfrutando de sus dichas, estás en el paraíso. 
Si tú condenas todo, entonces la misma tierra se torna en un infierno, sólo para ti. 
Depende de ti en qué estado vives, es tu propia transformación, no es un cambio de lugar sino un cambio de espacio interior.
Vive en gracia, sin culpabilidad.  Vive en totalidad, y entonces el cielo dejará de ser un concepto intangible, para convertirse en tu propia experiencia.
 
AMA Y DISFRUTA LA VIDA Disfruta de lo que te ofrece la vida, no te dejes agotar por los malos pesares, deja que el amor toque a tu puerta, no le niegues la oportunidad de abrigar tu alma.
¿Quién dice que la vida es fácil?
Es difícil porque vives a veces momentos, de alegrías o de ahogado llanto, pero se aprende tanto de todo aquello, porque después de la tormenta viene la calma. 
Si hoy te sientes deprimido, te comprendo pero no te dejes ahogar por las grandes penas.  Observa a tu alrededor cómo pasa la vida, y  ten fe, en que toda situación sucede por algo.
Si hoy lloras, por un ser querido deja fluir cada lágrima, no sientas pena hacerlo porque las lágrimas purifican el alma, porque sólo desahogando tus sufrimientos, solo así, llegará la paz a tu alma.
Ama la vida, valora las cosas buenas y malas, aprende a valorar el amor que te rodea porque siempre habrá personas que te aman, sólo que a veces no nos damos cuenta.

Sí hoy alguien toca a tu puerta, no cierres las puertas al amor, a la amistad, porque son sentimientos, de un valor infinito que nada ni nadie puede comprarlos.
Ama la vida, aprende a vivirla, con sus altas y sus bajas, porque solo tenemos una vida, y hay que aprender a valorarla.
Somos bendecidos por estar aquí en este mundo, a donde venimos con un propósito y una nueva esperanza. Ama la vida, ámala a cada instante.

DEJA  TU  HUELLA Por donde pases, deja una huella. Para eso, no es necesario que pises fuerte, que te hagas notar con autoritarismo, o que trates de llamar la atención con bombos y platillos. 
No son tus voces de mando, ni tu aspereza, ni tu rigor, lo que marcará el lugar que has ocupado en el trabajo o en tu casa.  Será eso de ti que has dado con amor; la palabra al que necesitaba aliento; la sonrisa al que se acercaba a ti; el consejo al que te lo pedía, la generosidad para comprender los motivos que llevan a algunos a cometer errores, a herir, a golpear. 
Para dejar una huella, hay que quedarse un poco en lo que se hace; la tiza dibujando palabras en el pizarrón del grado, la esposa planchando la camisa del marido, la mano apretando con tibieza la manito del hijo.
Para dejar una huella, chiquita como una corola de violeta, no importa su tamaño, sino el signo que indique que pasaste por allí.