viernes, 30 de noviembre de 2012

La verdad sobre la vacuna del Papiloma


¿Quién no ha visto el video de la monja médico sobre la Gripe A en Internet? El fuerte impacto social del vídeo tuvo consecuencias: El diario El País cargó contra Teresa Forcades en una artículo que pasará a la historia del periodismo español como un desatino mayúsculo, que fracasó a la hora de desprestigiarla y que, sin embargo, restó mucha credibilidad al diario.
La trayectoria de Teresa Forcades (Barcelona 1966) refleja un fuerte compromiso con los derechos de las mujeres y se ha posicionado a favor de los derechos de los homosexuales. Su trabajo, caracterizado por el coraje, tiene una clara dimensión social y espiritual. Su total independencia le ha permitido desmontar el negocio de los traficantes de salud.
Eres monja y médico. Te encuentras en un lugar de fricción entre la religión y la ciencia. ¿Cómo manejas esta fricción que surge en determinados temas?
La fe y la ciencia no son incompatibles, tienen ámbitos distintos y responden a preguntas distintas. La ciencia responde a la pregunta del cómo, y este cómo tiene respuestas que no vamos a agotar nunca. Buscando el cómo en la naturaleza y en los procesos vitales y físicos, vamos de sorpresa en sorpresa. Por otra parte, la fe responde a la pregunta del sentido. Si hubiera un lugar de fricción no sería tanto entre la fe y la ciencia sino entre la filosofía y la fe, porque se acercan un poco más en cuanto al contenido de la disciplina y en cuanto a la pregunta sobre el sentido. Esa fricción entre filosofía y fe se puede superar si entendemos la filosofía como la que utiliza solamente la razón – con toda la dignidad que esta tiene – para enfrentar la pregunta del sentido. En cambio, la fe – en mi caso la del cristianismo – tiene el recurso de la revelación. Si alguien me pregunta yo cómo sé que Dios se ha manifestado, yo evidentemente no se lo puedo demostrar racionalmente. Pero desde la fe nos interesamos de las consecuencias de ese hecho y de si son importantes para el mundo.
No tienes inconveniente de enfrentarte a las grandes farmacéuticas. Te manifiestas a favor de los derechos de la mujer y de los homosexuales, desde dentro de la Iglesia. Esta rebeldía y capacidad de lucha, ¿te nace de la parte científica o de la parte religiosa?

Pues ni de la una ni de la otra. Me viene de las relaciones personales. En ningún momento me he planteado qué tipo de persona quiero ser. Eso sale. Por ejemplo, en mi caso he conocido a gente homosexual y a través del conocimiento de estas personas he entendido mejor la situación. Y cuando alguien me pregunta en una entrevista o en algún foro, yo lo tengo claro: la iglesia católica en este tema tiene que evolucionar. Yo no he buscado la polémica sino que en un momento dado, cuando me preguntan yo respondo. Por ejemplo, cuando me preguntaron por la gripe A, al principio no tenía una opinión pero estudié el tema a fondo y cuando me preguntaron pues sentí que tenía que decir lo que dije para que recibiera la información todo el mundo al que le interesase.
Una vez ha pasado la ola de la Gripe A, parece claro que hay unos intereses económicos detrás de todo ello. Hasta el punto de que podríamos decir que los ciudadanos casi hemos sido conejillos de india con la Gripe A.
Puedes eliminar el “casi”, hemos sido conejillos de india. Ha habido médicos que han dicho que no se la iban a poner y que no la iban a recomendar a sus pacientes porque se trataba de un experimento a gran escala y sin consentimiento informado. A la gente se le ha dicho que la vacuna era segura, cuando eso no se podía afirmar porque realmente no lo sabemos. A raíz del año 2005, cuando surgió la Gripe Aviar, se creó un reglamento sanitario internacional que permitía patentar las vacunas ante una emergencia sanitaria pero solo las de grado 6. Por eso era tan importante ver qué grado se otorgaba a la Gripe A y con qué criterio. Cuando se otorgó el grado 6 a la Gripe A, esto permitió la elaboración de una vacuna pandémica que tiene patente y solo hay cuatro grandes compañías farmacéuticas que la fabrican. No tiene sentido que las farmacéuticas hagan el negocio del siglo. Lo lógico hubiera sido que expliquen cómo se hace esa vacuna, se le cubren los costes por ello, pero que no haya una patente para ellas.
Pides es que se hagan públicos los contratos que han firmado nuestros gobiernos con estas cuatro farmacéuticas. ¿Qué crees que nos encontraríamos si se hicieran públicos?
Habrá una cláusula que recoja la exención de toda responsabilidad por efectos secundarios graves o la muerte. Eso revela un desequilibrio de fuerzas en contra de lo público, porque a una empresa privada se le permite hacer un negocio sin riesgo. No se pueden hacer negocios de este tipo sin tener responsabilidad. Además, demostraría que el peligro de que estas vacunas pudieran tener efectos secundarios es real y objetivo y conocida por los mismos gobiernos que han dicho que la vacuna es segura al 100%. Si fuera segura al 100% esa cláusula no tendría sentido. El hecho de que muchas voces hayan pedido que estos contratos sean transparentes y permanezcan guardados cuando estamos supuestamente en una democracia y cuando el dinero que ha permitido sellar estos contratos es dinero público, en si mismo es un déficit democrático importante.
Denuncias que la Organización Mundial de la Salud (OMS) está financiada por las farmacéuticas. Es decir, que está controlada por aquellos a quién debería controlar.
Los datos que manejo, y son los que proporciona el médico epidemiólogo Wolfgang Wodarg del consejo de Europa, demuestran que la OMS en más de un 50% está financiada por las farmacéuticas y la Agencia Europea del Medicamento en más de un 75%. Y los grupos de expertos para la gripe que han asesorado a la OMS están financiados por las farmacéuticas al 100%.
Esto que denuncias en el ámbito farmacéutico es un problema que también sucede en otros sectores: las grandes compañías petroleras, las multinacionales de la industria alimentaria. ¿Cómo se puede recuperar el poder ciudadano sobre esos gigantes económicos que se han desbocado?
Podemos decir que es un fenómeno relativamente reciente. Cuando el sistema económico llega a una fase que se ha llamado neoliberal, se produce la ausencia de competencia y la concentración absoluta de capital. Y ahora llamamos capitalismo y mercado libre a algo que ya no lo es. Porque cualquiera que intenta llevar adelante una iniciativa en medio de esos intereses no se va a encontrar un mercado libre. En medio de estos gigantes, la competencia no es posible. La balanza está totalmente desequilibrada.
¿Cómo sería para ti una alternativa interesante?
Estamos en un momento en el que se tienen que cometer riesgos y empezar un camino aunque no sepamos exactamente a donde nos va a llevar.  Pero forma parte de la confianza abierta en el ser humano. De lo que estoy segura es que nos podemos organizar de manera que no mueran de hambre 26.000 niños en el mundo mientras producimos alimentos para abastecer al doble de la población mundial. Esto se consigue reivindicando que los políticos defiendan estos intereses en lugar de defender los de las grandes empresas. No nos creemos ya que no existe alternativa. Hay pequeños grupos políticos que defienden esta alternativa pero si no reciben más votos es porque la mayoría de la población tiene miedo a una posibilidad de verdadero cambio. Creo que el sistema democrático tiene que reformarse porque puede tener mucho más recorrido. En el fondo no nos tenemos que olvidar que la democracia da el poder al pueblo, y lo único que impide que esto sea así es que el pueblo no se lo crea. Cuanto más nos lo creamos, más poder tendremos.
Muchos ciudadanos han perdido la confianza en el sistema, hasta el punto de que cada vez más gente duda de que se puedan arreglar las cosas dentro de este sistema.
Yo tampoco creo que el sistema pueda continuar así. Tiene que cambiar de forma radical, de esto no hay ninguna duda. Pero las reglas democráticas incluyen también la huelga general, o una abstención general en las elecciones. Porque al final las elecciones se han convertido en una elección entre la Coca Cola y la Pepsi Cola. Tenemos en nuestra mano todos los instrumentos de la resistencia no violenta de Gandhi. De lo que no cabe duda es que el marco que tenemos ya no funciona. Yo doy todo mi apoyo a los grupos de base que en este momento están siendo muy imaginativos. Aunque de momento tienen poca repercusión social, hay revistas como Namaste que ayudan a que esto vaya creciendo. Estamos en ello. A mi me corresponde en este momento dedicarme más a la investigación, pero la revolución ya ha empezado. Por ejemplo, con el tema de la Gripe A que hemos hablado, el hecho de que la campaña de vacunación no haya sido un éxito refleja que algo está cambiando.
Hay una fuerte búsqueda espiritual en la sociedad pero muchas personas han ido a buscar respuestas a las tradiciones orientales: yoga, zen, budismo… ¿Qué se puede hacer para que el mensaje del cristianismo sea accesible a las nuevas generaciones?
Para mi no tiene sentido tratar de que la gente se quede dentro como si fuera un redil. Esa misma búsqueda de la gente que practica budismo o zen no es más que una vehiculización de estos anhelos existenciales profundos. Esta gente ya está trabajando en la misma cosa. Que hay gente que lo van a buscar a fuera, pues que Dios les bendiga. No se trata de promocionar el pequeño grupo, sino de proporcionar el crecimiento espiritual al máximo. Hay una frase evangélica que dice que todo lo que está en el amor está en Dios. Si este amor no lo encuentran aquí pero lo encuentran allí, perfecto. Cuantas más opciones espirituales de calidad haya, mejor. Para que la persona que busca algo y no lo encuentra pueda encontrarlo. Y tampoco es tan raro que haya ordenes religiosas y personas concretas que practiquen el zen dentro del cristianismo, yo creo que es un tipo de diálogo muy enriquecedor. Quizá nuestra cultura pueda recuperar la tradición cristiana desde una relectura desde dimensiones del budismo.
Lo más importante es que la espiritualidad profunda es una.
¿Cómo podemos entender la figura de Jesús en el siglo XXI?
En Jesús nuestra noción de Ser Supremo se aleja del dominio y del poder para pasar a ser suprema libertad de amar, de respetar la libertad ajena y de superar el miedo a la vulnerabilidad.
Las pruebas duras que pasamos en la vida nos ayudan a quitarnos capas innecesarias para al final llegar a ser auténticos. ¿Ser espiritual significa ser arriesgado?
Hacer una cosa en la que parece que te la juegas es en mi opinión lo que el Evangelio llama morir para resucitar, o dicho de otro modo, salir del cerco. Es el grano de trigo que si no cae y muere no da fruto. Siempre que salimos del cerco duele y pasas miedo, y allí es donde aparece la fe en su sentido más básico. Cuando estás frente a un límite, te abres o no te abres. Eso es la fe. En si mismo ya es un acto revelador o mistificador en el mejor sentido.
A nivel profundo estoy segura de que cuanto más te cierras, peor vas porque menos colaboras en la construcción común. Hay una parte que es un reto real porque no se trata solo de renunciar a comodidades materiales sino también de prestigio o expectativas de tu grupo que se pueden ver en peligro ante la llamada interior. Decepcionas a todo el mundo y te quedas solo.
Esto que estás hablando me recuerda a la polémica que tuviste con el diario El País. ¿Cómo viviste el trato que te dieron desde el diario que atacaba tu prestigio, tu imagen?
Y había tenido otra polémica con el tema del aborto. Hubo una reacción ante una entrevista mía por parte de los grupos católicos muy integristas que me denunciaron a Roma y usaron un lenguaje sumamente duro contra mi persona, ¡llegaron a decir que había que quemarme! Eso sí que me afectó. Yo ya sabía que había dentro de la Iglesia católica grupos muy cerrados pero cuando ves que te atacan a ti, y usan a Jesús y al Evangelio en tu contra, me afectó. Cuando llegó lo de El País, no fue una lucha para mi. Para mi comunidad fue también más duro los ataques de los grupos católicos, lo de El País nos lo tomamos un poco más a risa porque a las 48 horas había más de 500 mensajes en su página digital en la que la inmensa mayoría acusaba al diario de hacer un discurso falso y un desprestigio sin base. Mucha gente que pensaba que era un gran diario de izquierdas pudo ver que en realidad era un realidad de derechas que leen los de izquierdas.
Me gustaría conocer tu opinión sobre los transgénicos.
Aquí el debate es la modificación genética de los alimentos que luego consumen animales. ¿Qué efectos puede tener a largo plazo en la salud? No lo sabemos. Vuelve a ser un caso de honestidad científica. Y nos encontramos otra vez con el tema de las patentes. Parece que yo siempre voy a parar a eso, pero es lo más urgente. Que la alimentación pueda quedar privatizada es una locura. Que yo vaya a sembrar una semilla en mi huerto y venga una multinacional a decirme que no puedo porque está patentada es de locos. Sería como patentar el pan. Me consta que hay mucha gente guardando semillas para que no se pierdan y el hecho de que la contaminación por transgénicos no se puede parar es muy preocupante. Si tú tienes un cultivo y tu vecino tiene transgénicos es muy probable que las plantas transgénicas polinicen las tuyas. Hay investigaciones que señalan que ingerir productos transgénicos puede activar oncogenes. Si se quiere modificar algún gen, se tiene que hacer en una investigación que dure al menos una o dos generaciones para asegurar los efectos. Y se tiene que hacer de tal forma que se evite totalmente la contaminación.
Otro tema del que me gustaría conocer tu opinión es la vacuna contra el papiloma humano, ya que hay dudas sobre si el riesgo y el beneficio están equilibrados.
Lo primero que debemos saber es que los riesgos de esta vacuna no son nulos. Hay estudios recientes que hablan de tromboembolismos y muertes. Hay un riesgo real que se debe poner en la balanza frente a la eficacia en la prevención de cáncer de cuello de útero. Los casos de cáncer de cuello de útero están asociados a un déficit de citologías. Es precisamente esta citología que nuestro sistema sanitario financiaba cada dos años y que ha dejado de financiar justo al introducir esta vacuna. Si se hace una buena prevención, se puede evitar la vacuna. Por lo tanto, si la persona tiene acceso a la prevención, yo no recomiendo de ninguna manera que se vacune. Otro hecho es que esta vacuna se experimentó con mujeres adultas y se le está suministrando a niñas, cuando sabemos que el sistema inmunitario de una niña preadolescente es muy diferente al de una mujer adulta.
Y respecto a las vacunas infantiles, ¿cuál es la actitud correcta de los padres?
Como es un tema delicado, me gustaría recomendar un libro. El autor es Richard Halvorsen “The Truth about Vaccines: how to make the right decision for your child”. Este médico pediatra británico hace un repaso de todas las vacunaciones infantiles y facilita toda la información y hace recomendaciones siempre dejando abierta la decisión. Un consejo que da él y otros médicos es que por ejemplo la triple vírica, si se pone, se debería poner separada y con un año de separación entre cada uno de los virus. Esta vacuna es la que tiene una investigación más débil detrás y también una justificación más débil por el hecho de que junta tres virus vivos en una misma vacuna. En este libro, también hay una recomendación de calendario alternativo para los padres en el que separa, distingue y dice a algunas que sí y a otras que no.