lunes, 27 de enero de 2014

La Dra. Natasha Campbell-McBride (Autismo)




La Dra. Natasha Campbell-McBride tiene un consultorio de tiempo completo en
el  Reino  Unido, donde trata a niños y adultos con autismo, discapacidades
de   aprendizaje,   trastornos   neurológicos,   trastornos  psiquiátricos,
trastornos inmunológicos y problemas digestivos.


Aquí,  ella  comparte  sus  ideas  sobre  el  Síndrome  del  Intestino y la
Psicología (GAPS), lo cual puede hacer a un niño particularmente propenso a
los  daños  por  vacunas  y  el  Programa  Nutricional GAPS, un tratamiento
natural   para   el   autismo,   TDAH,  dislexia,  dispraxia,  depresión  y
esquizofrenia.


 Comentarios del Dr. Mercola


 Estoy  encantado  de  compartir  esto  con  usted,  ya que la Dra. Natasha
Campbell-McBride  presenta  una  elegante  y  fascinante descripción de las
condiciones  fundamentales  que  contribuyen  con  el autismo, junto con un
enfoque  pragmático  para  ayudar a evitar y frenar la epidemia de autismo,
que ha sido un desconcertante rompecabezas para la mayoría de nosotros.


La  Dra.  Campbell  es  doctora  en  medicina  con un titulo de posgrado en
neurología. Ella trabajó como neurólogo y neurocirujano durante varios años
antes  de  empezar una familia. Cuando su primer hijo fue diagnosticado con
autismo  a  la edad de tres años, le sorprendió darse cuenta que aunque era
doctora no sabía nada sobre ese tema…


En  1984,  cuando  se  graduó  de la escuela de medicina, el autismo era un
trastorno  extremadamente  raro, con un prevalencia de aproximadamente 1 en
10,000


“En el momento en que me gradué de la escuela de medicina jamás había visto
a  una  persona con autismo,” dijo ella. “…Para ser honesta, el primer niño
autista  con  el que me topé fue mi hijo…Hace cinco años se diagnosticaba a
un  niño de cada 150, que representa un aumento en la incidencia de casi 40
veces.  En  la  actualidad  en  la  Gran  Bretaña y algunos países, estamos
diagnosticando a un niño de cada 66.”


Las  tasas  son  similares  a  las de los Estados Unidos, Australia y Nueva
Zelanda.  La  Dra.  rápidamente se adentró en la investigación, en busca de
una  respuesta  para  su  hijo  y  terminó  obteniendo un segundo titulo de
posgrado  en  nutrición  humana.  Como  resultado de su trabajo, su hijo se
recuperó por completo y ya no padece de autismo.


Aunque  es originaria de Rusia, lugar en donde recibió su primera formación
médica,  se  mudó  al Reino Unido hace casi 20 años y actualmente tiene una
clínica  en  Cambridge,  Inglaterra,  en  la cual trata niños y adultos con
autismo, discapacidades de aprendizaje, trastornos neurológicos, trastornos
psiquiátricos, trastornos inmunológicos y problemas digestivos.


El Tratamiento Temprano Es la Clave


El  tratamiento que desarrolló se llama Programa Nutricional GAPS y como lo
explica  la  Dra.  Campbell, mientras más pequeño sea el niño al momento de
empezar el tratamiento, mejores serán los resultados.


“Cuando  empezamos con el tratamiento GAPS con niños de 2, 3, 4 y 5 años de
edad,  los niños tienen muchas posibilidades de recuperarse por completo de
autismo, TDAH, TDH, dislexia y dispraxia- y ese gran número de niños que no
entran  dentro  de  ningún  cuadro  de  diagnóstico…Son niños cuyos médicos
suelen  posponer  las cosas. Les piden a los padres que traigan a sus hijos
dentro  de  seis meses y después otros seis meses para observar al niño con
el  fin  de  dar  un  diagnostico,  mientras de esa forma se desperdicia el
preciado y valioso tiempo que pudo haber servido para ayudar al niño,” dice
ella.


Todo Comienza en el Intestino…


La  Dra.  Campbell  está  convencida  de que los niños autistas en realidad
nacen con cerebros y órganos sensoriales completamente normales.


“Lo  que  pasa con estos niños (es que) no desarrollan una flora intestinal
normal  desde el nacimiento…”dice la Dra. “La flora intestinal es una parte
sumamente   importante   de   la   fisiología  humana.  Recientemente,  las
investigaciones realizadas en los países escandinavos han demostrado que el
90  por  ciento  de  las  células y de todo el material genético del cuerpo
humano es nuestra flora intestinal. Simplemente somos una concha…el hábitat
de  esta  masa  de  microbios  que  se  encuentran  dentro de nosotros. Los
ignoramos bajo nuestro propio riesgo.


…Como  resultado,  su  sistema  digestivo-  en  lugar  de  ser la fuente de
alimento  de estos niños- se convierte en la principal fuente de toxicidad.
Estos  microbios  patógenos  que  se encuentran dentro del tracto digestivo
dañan  la  integridad  de  la  pared  intestinal.  Por lo que toda clase de
toxinas   y  microbios  van  directo  al  torrente  sanguíneo  del  niño  y
posteriormente llegan al cerebro. Por lo general, eso sucede al segundo año
de  vida  de  los niños que fueron amamantados, ya que la lactancia materna
brinda  una  protección en contra de la flora intestinal anormal. Los niños
que  no  fueron amamantados, desarrollan los síntomas de autismo durante el
primer año de vida.


Así que la lactancia materna es fundamental para proteger a los niños.”


La Toxicidad del Cerebro Conduce a los Síntomas del Autismo


Los niños utilizan todos sus órganos sensoriales pare recopilar información
sobre  su  entorno, información que posteriormente pasa al cerebro para ser
procesada. Esta es una parte fundamental del aprendizaje.


Sin  embargo,  en  el  caso  de  los  niños con Síndrome del Intestino y la
Psicología  (GAPS), la toxicidad fluye desde su intestino, pasando por todo
su  cuerpo  hasta  llegar  al  cerebro,  lo  cual  obstruye  el cerebro con
toxicidad,  evitando  que  realice  sus funciones normales y que procese la
información sensorial…


“La  información  sensorial se convierte en papilla, en un ruido dentro del
cerebro  del  niño  y  con  este ruido el niño no puede aprender. No pueden
descifrar nada útil,” explica ella.


“Esa  es la razón por la que no aprenden cómo comunicarse. No aprenden cómo
entender el lenguaje, cómo utilizar el lenguaje, cómo desarrollar todos los
comportamientos  instintivos  y  comportamientos  que  los  niños  normales
desarrollan.  El  segundo  año de vida es crucial en cuanto a la maduración
del  cerebro  de  un  bebé. Ahí es cuando se desarrollan las habilidades de
comunicación y las conductas de afrontamiento.


Si  el cerebro del niño está tapado con toxicidad, el niño se pierde de esa
oportunidad  de aprender y comienza a desarrollar autismo, todo dependiendo
de  la  mezcla  de toxinas, de qué tan severa sea la condición en general y
qué tan grave sea la alteración en la flora intestinal del niño.”


El  GAPS  podría  manifestarse  como un conglomerado de síntomas que pueden
entrar  dentro  del  diagnostico  del  autismo,  trastorno  por  déficit de
atención  e hiperactividad (TDAH), trastorno por déficit de atención (TDA),
dislexia,  dispraxia  o  trastorno obsesivo- compulsivo, solo por mencionar
algunas posibilidades…


¿Cómo  Es  que  la  Flora  Intestinal  de  un  Niño  Se Altera de Forma tan
Drástica?


Si  la epidemia de autismo y otros trastornos de aprendizaje se originan en
el  intestino,  entonces  ¿qué  ha  cambiado  en los últimos 25 años que ha
alterado la flora intestinal de los niños de una forma tan anormal?


Como lo explica la Dra. Campbell:


“Por  lo  que a la ciencia corresponde, el bebé que se encuentra dentro del
vientre de la madre es estéril durante los nueve meses de embarazo. El bebé
adquiere su flora intestinal cuando nace, cuando pasa a través del canal de
parto  de  la madre. Así que lo que sea que vive en el canal de parto de la
madre,  en  la  vagina  de la mamá, se convierte en la flora intestinal del
bebé.


Y,  ¿qué  es  lo  que  vive  en la vagina de la madre? Es un área sumamente
poblada  del cuerpo de la mujer. La flora vaginal viene desde el intestino.
Así  que  si  la  madre  tiene  una  flora intestinal anormal, tendrá flora
anormal  en  el  canal  de  parto. Los padres no están exentos porque ellos
también  tienen  flora intestinal y esa flora intestinal llena su ingle por
lo que comparte su flora con la de la madre de manera regular.


…Yo siempre recolecto el historial de salud de la madre, el padre e incluso
de los abuelos del niño. Creo que tenemos una creciente y profunda epidemia
de alteraciones en la flora intestinal, que comenzó desde la Segunda Guerra
Mundial,  cuando  se  descubrieron  los  antibióticos.  Los antibióticos de
amplio  espectro  acaban  con  las  especies  de  microbios benéficas en el
intestino, lo cual permite que los patógenos se muevan por el intestino sin
control.”


La Importancia Masiva de los Alimentos Fermentados y los Probióticos


Esta  es  la  razón  por  la  que  es  tan importante “volver a sembrar” su
intestino  con  alimentos  fermentados  y  probióticos cuando usted utiliza
antibióticos.  Si usted no está comiendo alimentos fermentados, entonces lo
más  probable  es que necesite un suplemento de probióticos, en especial si
usted come muchos alimentos procesados.


“En  paralelo con los microbios benéficos dentro de un intestino saludable,
los  científicos  han descubierto miles de especies de patógenos diferentes
que  causan enfermedades, bacterias, virus, hongos y otros microbios. Pero,
siempre y cuando predominen los microbios benéficos dentro de su intestino,
estos  se  encargara de controlar a los patógenos…Los mantienen en colonias
pequeñas y no permiten que proliferen.


Los  antibióticos tienden a eliminar las bacterias benéficas, lo cual le da
oportunidad  a  los  patógenos para proliferar, crecer sin control y ocupar
todos  los  espacios de su intestino. La bacteria benéfica se recupera, sin
embargo  a  algunas  especies  les  toma  entre  dos  semanas  y  dos meses
recuperarse y es ahí donde los patógenos se aprovechan y crecen.


Lo  que  veo  en  las  familias  de los niños con autismo es que el 100 por
ciento  de las mamás de niños autistas tienen una flora intestinal anormal,
así  como problemas de salud relacionados con ello. Pero entonces observo a
las abuelas por parte de las madres y descubro que también tienen una flora
intestinal anormal, pero mucho más leve.”


En  esencia,  lo  que  tenemos  es una acumulación generacional de la flora
intestinal  anormal,  y  con  el  paso  del  tiempo  cada generación es más
propensa  a  verse perjudicada por el uso de antibióticos- y de vacunas, de
lo cual hablaré en un momento.


La Alimentación con Biberón y los Antibióticos Son una Carga Muy Pesada


Para  empeorar  las  cosas  se encuentra el hecho de que amamantar ya no es
algo  tan  popular.  Sabemos  que  los  bebés que son alimentados con leche
materna  desarrollan  una  flora intestinal completamente diferente a la de
los bebés alimentados con biberón.


La  Dra.  Campbell  descubrió  que  un  gran  porcentaje de madres de hijos
autistas  fueron  alimentadas con biberón. Entonces, como recibieron varias
dosis  de  antibióticos a través de su niñez, las anormalidades en su flora
intestinal se volvieron más intensas.


“Incluso debido a que los antibióticos eran prescritos, en particular de la
década de los cincuenta y sesenta, eran prescritos para cualquier estornudo
y  tos.  Los antibióticos eran prescritos en exceso. Dado a esta situación,
las  anormalidades  en  la  flora  intestinal  de  estas niñas empeoraría y
empeoraría.


Y  luego,  a la edad de 15 o 16 años estas mujeres utilizarían una pastilla
anticonceptiva… (lo que) tiene efectos devastadores en la flora intestinal.
En  la  actualidad,  las mujeres la toman antes de sentirse preparadas para
formar una familia.”


Así  que  para  recapitular, la alimentación a base de biberón junto con el
uso  excesivo de antibióticos y pastillas anticonceptivas sientan las bases
para  una  flora  intestinal  cada  vez  más  anormal  con  el paso de cada
generación.  Y añadiendo eso con una alimentación a base de comida chatarra
y  el  consumo  excesivo  del  jarabe  de  maíz  de alta fructosa, dan como
resultado un desastre total en términos de salud intestinal.


Es  importante  darse  cuenta  que  los  alimentos  procesados  y el azúcar
alimentan  a  los  patógenos  en  su  sistema digestivo, lo que los ayuda a
proliferar.


“Muchos  de estos factores modernos creó una plétora en las mujeres jóvenes
en  nuestro  mundo moderno y quienes tienen una flora  intestinal sumamente
anormal  para  el  tiempo  en  el  que  tienen  su  primer hijo. Esta flora
intestinal anormal que le heredan a sus hijos,” explica.


“Por  lo  que  estos  bebés  adquieren la flora intestinal anormal desde el
principio,  mientras  que  los  bebés que son alimentados con leche materna
reciben  protección  porque  lo  que  se encuentre en la sangre de la madre
también  se  encontrará  en  su  leche.  Las  mujeres  que tienen una flora
intestinal   anormal  tienen  factores  inmunológicos  en  su  sangre,  que
desarrollan  para  protegerse de su propia flora intestinal. Estos factores
inmunológicos se encontrarán en su leche.


Mientras  el bebé es amamantado, a pesar del hecho de que adquiere la flora
intestinal  anormal  de  la madre, existe algún tipo de protección. Pero en
cuento  se  deje de amamantar al bebé esa protección deja de existir. Es en
ese  momento cuando florecen todas las anormalidades de la flora intestinal
y  el  niño  comienza  a  desarrollar  autismo,  TDAH, TDA o cualquier otro
problema  de aprendizaje o discapacidad física como la diabetes tipo 1, por
ejemplo,  enfermedad  celíaca  u  otras  enfermedades  autoinmunes…el asma,
eczema  y  otros  problemas  físicos.  De  ahí  es  de  donde proviene esta
epidemia.”


Se Necesita Hacer Cambios Urgentemente


Desafortunadamente,  todos  los  factores  que  crean  una flora intestinal
anormal  se  están  volviendo  más  y más frecuentes en todo el mundo. Esto
significa  que  la siguiente generación de mujeres jóvenes que tengan hijos
tendrá  una  flora  intestinal  más dañada que la de sus madres, así que la
proporción de  niños que nacen con GAPS predispuestos a desarrollar autismo
será aún mayor.


“Nuestras  autoridades  necesitan  entender eso y realmente necesitan estar
listos para ello,” advierte la Dra. Campbell


El Papel de las Vacunas


Como  lo  explica  la  Dra. Campbell, los bebés nacen no sólo con una flora
intestinal  estéril, sino que también con sistemas inmunológicos inmaduros.
Y  el establecimiento de la flora intestinal normal en los primeros 20 días
o  más  de  vida  desarrolla un papel sumamente importante en la maduración
apropiada  del  sistema  inmunológico del bebé. Por lo tanto, los bebés que
desarrollan   una   flora   intestinal   anormal  se  quedan  con  sistemas
inmunológicos comprometidos.


“Las vacunas han sido desarrolladas, originalmente, para niños con sistemas
inmunológicos  perfectamente saludables,” dice ella. “Los niños con GAPS no
están  en  condiciones  de  ser  vacunados  con  el protocolo de vacunación
estándar.”


Su  libro  llamado  Síndrome  del  Intestino  y  la  Psicología contiene un
capitulo entero en el que habla de que los profesionales en salud necesitan
mejorar  las  estrategias  de vacunación, porque el protocolo de vacunación
estándar está diseñado para dañar a los bebés con GAPS.


“Es  cuestión  de  que  se  derrame  el  vaso,”  dice.  “Si el niño está lo
suficientemente  dañado,  la vacuna puede ser la última gota que derrame el
vaso.  Pero  esa  última  gota  no  es para un niño en particular, entonces
afectará al niño que más dañado se encuentre.”


Ella también señala otro factor de riesgo de las vacunas:


“Lo  que  también  tenemos que entender es que la industria farmacéutica no
puede  patentar  virus  naturales,  bacterias naturales o cualquier tipo de
microbio  creado  por  la naturaleza. Tienen que modificarlos genéticamente
antes de poder patentarlos,” dice ella.


“Por  lo  que  estas  vacunas  contienen  virus  y  microbios genéticamente
modificados.   Aún   no   tenemos  la  información  suficiente  para  saber
exactamente  lo  que  están  haciendo  con el cuerpo humano y qué es lo que
estos genes le hacen a la flora intestinal de estos niños.”


Cómo Identificar el GAPS


Afortunadamente,  es  posible  identificar  el  GAPS  durante  las primeras
semanas  de  vida  del  bebé,  lo que puede ayudar a tomar decisiones mejor
informadas  sobre  las  vacunas y sobre cómo proceder para llevar a su hijo
por el mejor camino hacia una vida saludable.


Una de las cuestiones CLAVE es examinar al niño antes de que sea vacunado y
si  tienen  características metabólicas de GAPS, NO debe ser vacunado hasta
que  se  resuelva el problema. Esta medida podría prevenir el innecesario y
trágico  trauma en cientos y miles de familias. Lo más probable es que haya
mucho  más  niños  que  son  dañados  con  las  vacunas  que los que se ven
beneficiados  con  las  mismas. Con el simple hecho de modificar el proceso
se  podría  reducir  dramáticamente el riesgo de que el niño desarrolle una
enfermedad en el espectro autista.


La Dra. Campbell describe todo el proceso en su libro.


En su práctica, ella comienza recolectando todo el historial clínico de los
padres para de esa manera poder evaluar la salud del intestino. Después, en
los  primeros  días  de  vida, se puede analizar el material fecal del bebé
para  determinar  el estado de su flora intestinal, seguido por un análisis
de  orina  para detectar los metabolitos, que puede dar una idea del estado
del sistema inmunológico del niño.


“Actualmente,  tenemos  pruebas  excelentes  que  encuentran las sustancias
químicas producidas por varias especies de microbios en el intestino”, dice
ella.  “…Así  que al analizar la orina, podemos decir que tipo de microbios
de  encuentran  en  el intestino del niño o qué tipo de sustancias químicas
está produciendo.”


“…Si  el  niño tiene una flora intestinal anormal podemos asumir que tienen
una  inmunidad  comprometida  y  estos  niño  no deben ser vacunados con el
protocolo  de vacunación estándar porque simplemente se verán afectados. No
deberían ser vacunados.”


La  prueba  no  invasiva  descrita  en  su  libro  actualmente se encuentra
disponible  en  la  mayoría  de los laboratorios del mundo y por lo general
cuesta  de  $80-100  dólares  cada  una  en los Estados Unidos. Esto es una
miseria  en  comparación  con  el  increíble  gasto  que  se  hace  para el
tratamiento de un niño autista una vez que el daño está hecho.


“Nuestros  niños  están  siendo  utilizados  como  un  mercado  para vender
vacunas,”  dice la Dra. Campbell. “Los niños son vacunados en nuestro mundo
occidental,  me temo, que esto no es para cuidar al niño sino más bien para
hacer dinero…Es una situación extremadamente triste y preocupante.”


Los Hermanos También Están en Alto Riesgo de Daños Causados por las Vacunas


Otro  grupo  de niños que también podría sobre-reaccionar a las vacunas son
los  hermanos  de  los  niños con autismo, hiperactividad severa, trastorno
obsesivo-compulsivo, enfermedades mentales o diabetes tipo 1.


“Los  hermanos  menores  de los niños con autismo y los hermanos mayores de
los  niños  con  estas  discapacidades  no  deberían  ser  vacunados con el
protocolo de vacunación estándar,” advierte.


“Las  pruebas  inmunológicas  de las que hablaba pueden repetirse cada seis
meses   o   cada  año  del  niño.  Siempre  que  el  niño  sea  considerado
completamente  sano  y  su sistema inmunológico demuestre estar funcionando
perfectamente,  sólo  entonces  se  puede considerar la vacunación en estos
niños porque simplemente no se puede correr el riesgo.”


Estrategias para Restaurar la Salud de los Niños con GAPS y Autismo


La Dra. Campbell ha desarrollado un tratamiento sumamente efectivo para los
niños  con  GAPS,  llamado  Protocolo  Nutricional GAPS. Se describe a gran
detalle  en  su  libro llamado, Síndrome del Intestino y la Psicología, que
está diseñado para ser un libro de autoayuda.


“Probablemente en la actualidad cientos de miles de personas, alrededor del
mundo,  están  salvando  a  sus  hijos  con este programa,” dice ella. “…La
mayoría  de  estas  personas  sólo  compran  el  libro,  lo leen, siguen el
programa y obtienen resultados asombrosos.”


En resumen, el protocolo consiste en tres elementos:



         1. Alimentación- La alimentación GAPS consiste en alimentos
            fácilmente digeribles que son densos en nutrición, incluyendo
            los alimentos fermentados.
            De acuerdo con la Dra. Campbell: “En promedio, las personas se
            adhieren a su alimentación un par de años. Toma dos años
            expulsar los patógenos del intestino, restablecer la flora
            intestinal en el intestino para sanar y sellar el daño en estas
            personas y hacer que el intestino vuelva a estar fuerte y que
            sea la fuente principal de nutrición de la persona en lugar de
            ser la fuente de toxicidad.”
        2. Suplementos alimenticios, incluyendo los probióticos y las
            vitaminas D y A en forma de aceite de hígado de bacalao, aunque
            la exposición al sol también es una parte importante para los
            pacientes con GAPS, para una producción apropiada de vitamina
            D.
         3. Desintoxicación: El protocolo nutricional GAPS eliminará las
            toxinas de manera natural. La Dra. Campbell no utiliza ningún
            tipo de medicamento o sustancia química para eliminar las
            toxinas, ya que puede ser algo demasiado drástico para algunas
            personas y puede producir efectos secundarios dañinos. En lugar
            de eso, recomienda el jugo ya que es una forma suave pero
            eficaz de eliminar la acumulación de toxinas, así como baños
            con sal de Epsom, sal de mar, polvo de algas marinas, vinagre
            de sidra de manzana y bicarbonato de sodio.